Dos años de la muerte de John Hume, uno de los arquitectos de los Acuerdos de Viernes Santo

Composición con base en una foto original de Óli Gneisti/Wikimedia Commons

Escrito por Juan Martín Fernández.

Se acerca el mediodía en Belfast y los comercios, cafeterías y pubs ya funcionan como de costumbre. Hombres de traje y mujeres bien arregladas con café en mano brotan de todas las esquinas. Lo único que rompe con la rutinaria mañana gris y lluviosa son las beer bikes o party bikes en las que grupos de amigos pasean por las calles mientras toman cerveza y festejan cumpleaños o despedidas de soltero. Después, todo es tranquilidad. 

La serenidad que se respira da la sensación de que los norirlandeses no conocen otro estilo de vida que el actual. Sin embargo, el día a día en Belfast supo ser muy distinto hace no mucho: durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX, la violencia y la muerte fueron la norma. Los enfrentamientos entre unionistas (a favor de que Irlanda del Norte permaneciera en el Reino Unido) y nacionalistas (proclives a la unificación con la República de Irlanda) dejaron miles de muertes, y durante mucho tiempo la relativa paz que hoy se vive en la ciudad pareció inalcanzable. Entonces, ¿qué (o mejor dicho, quién) hizo que la situación cambiara de tal manera? El nombre John Hume responde en gran medida a esa pregunta.

Este conflicto presentó una relevante complejidad, por el hecho de contar con la participación de diferentes grupos paramilitares, tanto unionistas como republicanos. Sucede que las formaciones políticas de Irlanda del Norte, así como el Estado británico, se mostraban reacios a sentarse a negociar con estas organizaciones, lo que hacía complicado llegar a un acuerdo. Pero ahí fue donde entró en escena Hume, quien logró acercar a todas las partes involucradas para, de este modo, alcanzar en abril de 1998 el ansiado Acuerdo de Viernes Santo, que puso fin a gran parte de la violencia y que le valió a este norirlandés católico el Premio Nobel de la Paz.

John Hume nació el 18 de enero de 1937 en Londonderry, una ciudad al noroeste de Irlanda del Norte completamente atravesada por el conflicto, al punto de que nacionalistas y unionistas disputan hasta el nombre de la misma: los primeros, de mayoría católica, optan por Derry; los segundos, principalmente protestantes, prefieren Londonderry, basándose en la unión con Londres. En este contexto de división, Hume creció en el seno de una familia de clase obrera católica, por lo que desde pequeño palpó la discriminación religiosa en el país (su padre, Samuel Hume, tuvo muchos problemas para conseguir trabajo debido a sus creencias). 

De pequeño realizó sus estudios primarios en el St Columb's College, para luego inclinarse por el sacerdocio del St Patrick's College de la ciudad irlandesa de Maynooth. Aunque abandonó esos estudios, continuó estudiando y obtuvo una licenciatura en Historia de la Universidad Nacional de Irlanda. Tras recibirse, en 1959 volvió a su Londonderry natal para encarar varios proyectos (todavía por fuera de la política), como un negocio de salmón y una cooperativa de ahorro y crédito. También fue maestro, profesión que lo llevó a conocer a Pat Hone, con quien se casó en 1960 y tuvo cinco hijos. 

Hora de tomar cartas en el asunto

A partir de ese entonces, ante la creciente crisis habitacional que vivían los católicos en Irlanda del Norte, Hume comenzó a involucrarse en política. Se sumó a una asociación de vivienda que buscaba construir nuevos hogares y, ante las trabas que ejercía el consejo local, que mantenía a la población católica segregada a espacios de tierra reducidos, se enfrentó con las autoridades unionistas, al tiempo que criticaba a los nacionalistas que no levantaban la voz para defender a los suyos. De este modo, tras participar en múltiples protestas en defensa de los derechos civiles, en 1969 se presentó a elecciones para ocupar un escaño en la Asamblea de Irlanda del Norte y lo obtuvo.

La década de 1970 trajo consigo el recrudecimiento del conflicto, alcanzando uno de los puntos más álgidos en cuanto a violencia y muertes. En ese contexto, Hume fue partícipe de la fundación del Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP) y llevó a cabo el primero de sus tres intentos por llevar la paz a la isla: a partir de 1972, organizó conversaciones secretas entre el secretario de Irlanda del Norte, William Whitelaw, y autoridades de la República de Irlanda. Estos contactos produjeron el Acuerdo de Sunningdale, que establecía que nacionalistas y unionistas deberían compartir el poder en Belfast. No obstante, diversos atentados del Ejército Republicano Irlandés (IRA, por sus siglas en inglés) y una huelga general organizada por grupos lealistas impidieron que el texto se llevara a la práctica.

A pesar de la frustración inicial, Hume siguió trabajando, consiguió el liderazgo casi absoluto del SDLP y fue elegido diputado al Parlamento Europeo (1979) y miembro de la Cámara de los Comunes del Parlamento británico (1983). Cada vez con mayor influencia y llegada a las principales cúpulas de poder de Londres y Washington, comenzó a mediar comunicaciones entre el Sinn Féin, principal partido nacionalista de Irlanda (y brazo político del IRA), y el Estado británico. Así fue como, en su segundo intento por terminar con la violencia, logró que estos dos actores firmaran el Acuerdo Anglo-Irlandés, que le otorgaba a Dublín un poder consultivo en Irlanda del Norte. Sin embargo, este nuevo entendimiento también fue difícil de concretar y terminó siendo rechazado por ambas partes.

Aunque la segunda tampoco pudo ser la vencida, lo cierto es que este último intento sentó las bases para lo que sería el futuro del país. Habiendo derribado el tabú de negociar con el Sinn Féin (y por ende con el IRÁ), Hume siguió trabajando con Gerry Adams, líder del partido nacionalista, quien en 1994 acordó con los combatientes lealistas un histórico alto el fuego. Este gran pasó condujo a más y más entendimientos multipartidistas que, en 1998, derivaron en el Acuerdo de Viernes Santo, concluyendo en gran medida con uno de los capítulos más sangrientos de la historia contemporánea de Europa. La tercera fue la vencida.

Reconocimientos y un final en paz

Debido a sus incansables esfuerzos durante casi 30 años por alcanzar la paz, siendo mediador entre actores profundamente enemistados e insistiendo una y otra vez a pesar de los intentos fallidos, el 16 de octubre de 1998 recibió junto a David Trimble (líder del principal partido unionista de Irlanda del Norte) el Premio Nobel de la Paz. También, fue condecorado con otras menciones como el Premio Gandhi de la Paz y el Premio Martin Luther King.

Con el inicio del nuevo milenio, la salud de Hume comenzó a padecer las consecuencias de más de tres décadas de presiones constantes, incontables viajes, campañas de odio contra su persona y amenazas de muerte. La demencia, la falta de concentración y la confusión se fueron haciendo cada vez más graves y en 2004 anunció su retiro de la política. Durante los últimos 15 años de su vida, se dedicó a participar en diferentes congresos y coloquios promoviendo la integración europea y acciones para abordar la pobreza global. 

El 3 de agosto de 2020, a sus 83 años, falleció en un hogar geriátrico de su querido Londonderry. El reconocimiento y el respeto por parte de las comunidades irlandesas, norirlandesas y británicas en general llegaron a mansalva. Y si bien la realidad de la isla continúa presentando desafíos constantemente, John Hume consiguió obsequiar a todos sus habitantes, sin importar sus creencias religiosas o inclinaciones políticas, esa calma y serenidad que se palpa hoy en día en las calles de Irlanda del Norte.

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