Bob Marley y el Bohemian FC: un vínculo eterno
El último concierto al aire libre de la estrella del reggae Bob Marley antes de su prematura muerte se celebró en Dublín. El 6 de julio de 1980 en Dalymount Park, hogar del Bohemian FC, equipo de fútbol del norte de la capital irlandesa. El espectáculo dejó huella en el club y aún a día de hoy es recordado. La temporada pasada y casi 43 años más tarde de aquel mítico concierto, el club en alianza con la familia del ex cantante jamaicano, crearon una indumentaria conmemorativa en honor a uno de los cantantes más influyentes del siglo XX, y amante del fútbol.
La camiseta ha sido un éxito de ventas. Fue utilizada la temporada pasada en los partidos de visitante de los ‘Bohs’. En ella aparecen distintivos en rojo, verde y amarillo en la parte trasera del cuello, las mangas y el frente. Además se muestra una imagen del legendario cantante en aquel concierto que dio en Dublín. Es extraño que un club de fútbol de Irlanda llegue a los titulares de todo el mundo. Sin embargo el ‘boom’ comercial y mediático de la camiseta y del club más allá de Irlanda, merecen que indaguemos en esta historia y recordemos la tarde en la que el movimiento ‘rastafari’ se apoderó de Dalymount Park.
El club ya tuvo un primer intento de lanzar al mercado una camiseta con imagen de Bob Marley en 2018, pero la tuvo que retirar rápidamente tras las objeciones de la herencia de la leyenda del reggae. Hubo una disputa de derechos de autor. Daniel Lambert, presidente ejecutivo del Bohemian FC aclaró que fue frustrante para ellos, ya que hicieron todo correctamente con la compañía de derechos de imagen, pero fueron ellos los que no tenían la licencia correcta. La indumentaria tuvo que ser rediseñada, cambiaron la imagen de Bob Marley por la de un puño sostenido en alto a favor de los movimientos de solidaridad hacia la comunidad negra con la que recaudaron 20.000€ para diferentes actividades sociales. Esta vez, su familia sí ha dado su bendición y una parte de las ventas se destinará a MASI, el Movimiento de Solicitantes de Asilo en Irlanda.
No es el único diseño especial que el club del norte de Dublín ha lanzado en los últimos años. El año pasado para los partidos de la FAI Cup, ‘Bohs’ y la compañía de autobús Dublin Bus lanzaron una edición especial con el diseño y colores de los asientos de la línea. Además, en su catálogo cuentan con varias camisetas de apoyos a causas sociales locales e internacionales, como una blanca de visitante con el lema de ‘Refugees Welcome’ en colaboración con Amnistía Internacional. En el club están tremendamente orgullosos de que Bob Marley haya tocado su único concierto en suelo irlandés en Dalymount Park. Muchos aficionados de ‘Bohs’ estaban en el concierto y recuerdan ese día como uno especial para la historia del equipo, que además de en las camisetas, la figura de Bob Marley es rememorada con un gran mural dentro del estadio. Gracias al brillante artista grafitero Niall O’ Lochlainn en cada partido suelen salir fotos increíbles cada vez que un jugador anota un gol con el gran mural detrás. Inmortalizado en el club gracias a obras como esa, piezas únicas y especiales de las que muchos turistas se acercan a tomar fotos con él, incluso los días que no hay partido. Da sentido al lugar, otros estadios son mucho más grandes, pero sin alma y solo ladrillos, hormigón y vidrio. Dalymount se siente y da una sensación de hogar alrededor de todas estas pequeñas piezas de historia.
Al aproximarse al Bohemian FC se percibe la sensación de ser un club diferente en muchos aspectos. En primera instancia el concierto se celebraría en el RDS Stadium, de mayor capacidad y también en Dublín. Pero los responsables del recinto lo rechazaron con el argumento de que la religión y el modo de vida rastafari era visto como una amenaza. Pat Egan, promotor del programa encargado de la gira ‘Uprising Tour’ en Dublin, comentó que en Dalymount no les importó, era una nimiedad para un club tan abierto socialmente. Una vez decidido el tema de la localización para el evento, la siguiente preocupación era la de cuidar la atmósfera del recinto. Hagamos un viaje de vuelta a finales de la década de 1970 para analizar el contexto musical y los espectáculos de este tipo. La música en vivo en Irlanda estaba cambiando. Rory Gallagher encabezó el primer festival de rock al aire libre del país en Cork en 1977. Más tarde, se presentó un espectáculo de Thin Lizzy, y en 1979 fue el turno de Status Quo, ambos en la casa de Bohemian. Tras esos dos espectáculos celebrados en la noche, los residentes se quejaron por el ruido. Es por ello que se decidió programar el concierto del jamaicano en horario de tarde. Fue el primer gran concierto en el que se permitió a los niños entrar gratis con sus padres. Con 23.000 entradas vendidas, la multitud dentro del estadio se infló hasta 30.000, con entradas falsificadas en abundancia.
El caos estaba afuera, el fotógrafo Eddie Mallin, uno de los que capturó el día para un medio irlandés define este ambiente “Había mucha gente borracha o drogada, pero todos de muy buen espíritu”. A pesar del buen ambiente que se generó, la realidad es que la situación de las drogas en Dublín estaba empezando a cobrar impulso. En Irlanda era una droga ilegal y se temía que Marley y su hierba no pudieran entrar en el país. Su fidelidad a fumar a menudo les trajo mucha molestia. Algunos dicen que hasta gánsteres de la ciudad le brindaron algún regalo, lo cierto es que los estupefacientes acompañaron a Bob durante todo el fin de semana en la ciudad. A elección del artista, Bob fue recibido con aplausos fundidos por la multitud, en lugar de una presentación como acostumbraban en el lugar. Una entrada sin pretensiones para arrancar con los tonos suaves habituales de su música, así como su devota creencias en las prácticas enseñanzas rastafari. Varios encargados en el montaje del evento afirman que del camerino en el que la banda de Marley “The Wailers” y los cantantes de respaldo de “I Threes” en el que se estaban preparando para la actuación, salía una cantidad de humo que impactaba.
Otra de las anécdotas que dejó la visita de Marley y su séquito a Dalymount está asociada con el fútbol. Durante la preparación del escenario. Cuentan algunos testigos que de un momento a otro, Bob comenzó a patear un balón de fútbol con algunos de los chicos. La escena se configuró en una esquina del campo, donde los abrigos servían como portería para los goles. Eran unos 12. Tras 10 minutos, la escena terminó cuando un diligente jardinero se acercó y cortésmente le pidió a Marley y sus compañeros que dejaran de jugar, ya que era un lugar sagrado. Sin embargo, la intrusión no pareció demasiado molestar demasiado a la estrella del programa, que se encogió de hombros y se alejó.
Las entradas para el evento eran de 7£ en las tiendas y de 8£ en la puerta. Una tarifa generosa para una estrella internacional que había trascendido en el género del reggae, y podía abarrotar fácilmente grandes arenas. Pero era la petición de Marley que a los fans se les cobrara una cantidad asequible por asistir al concierto. El dinero nunca entró en sus ideales. Al conmemorar el 40 aniversario del concierto, la cuenta de Twitter de Bohs publicó una carta enviada por los representantes de Marley, transmitiendo sus preocupaciones sobre los costosos precios de las entradas en ese momento. Sin duda fue el mejor de los recuerdos que dejó el paso de Bob Marley por Irlanda. Seguramente algo inaudito o muy difícil de ver a día de hoy el hecho de que un artista se ponga en contacto con un promotor para bajar el precio de la entrada. Bob Marley y su equipo eran conscientes de los lugares a los que iban y querían que el evento fuera accesible.
Un día soleado y encantador para el concierto en el estadio donde Marley tuvo una dedicatoria especial a la ‘lucha irlandesa’ antes de interpretar “Redemption Song”. Había un ambiente de fiesta, era novedad en ese momento: un concierto en un estadio en Irlanda. Bob fluyendo con sus rastas y su exoticidad, la banda y cantantes con su ropa colorida. Una oportunidad única para fotógrafos como Erick Lucke: “Sabía que sus rastas iban a ser la imagen, pasé la mayor parte del concierto tratando de capturarlas mientras volaban”. Aunque en este tipo de situaciones el personaje acaba siendo más decisivo que la técnica, una de las tomas funcionó bien, está colgada en el Museo Bob Marley de Jamaica. Para un concierto al aire libre, el sonido era increíble para la época. Las canciones parecían sonar mejor aquel día. Cuando Bob Marley salió al escenario, fue flanqueado por hasta seis porteros, tres a cada lado. Su cabello increíblemente largo, lo suficiente como para tocar la parte posterior de su rodilla. Una figura capaz de quemar conciencias. Sin embargo fuera del escenario su figura se humanizaba, como él quería, a su ritmo. Era tan relajado como cabría de esperar de alguien que fumaba tanta hierba o ‘ganja’ como se conoce en la cultura rasta.
A pesar de ser una superestrella, un icono, o un profeta cuando tocó en Irlanda, no apareció en las portadas de los periódicos irlandeses al día siguiente. El concierto no tuvo ese tipo de impacto que ahora esperaríamos, pero simbolizó mucho más. Abrió el mundo occidental al reggae, escribiendo grandes canciones con letras políticas a ritmo ‘rastafari’. Gente de diferentes partes del país asistió al concierto. Eran muchos los que se sentían atraídos por una persona que vivía una vida relativamente alternativa en los inicios de la década de 1980 en Irlanda. Para cualquiera que no pueda ver un vínculo obvio entre el Bohemian FC y Bob Marley, basta con interpretar las señales. Ambos protagonistas tenían maneras de leer la sociedad de una manera mucho más abierta que el resto en aquellos años. A Bob, un melanoma en su dedo del pie relacionado con una lesión en el fútbol se estaba extendiendo a través de su cuerpo y pronto llegaría al cerebro. Las señales estaban allí, un amante del fútbol que murió un año después de su último concierto al aire libre, en el mayor templo futbolístico de Irlanda. Su prematura muerte a los 36 años significó que la cita de Dublín tomó un lugar especial en el legado del cantante y en la historia de la música en el país.
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