¡Echooo! El legado de los vendedores callejeros de periódicos en Cork

Los Echo Boys son una tradición urbana ligada al periódico local The Echo, un diario muy popular en la ciudad de Cork. Eran jóvenes, principalmente niños, que vendían este periódico en las calles, gritando para captar la atención de los compradores.

David Hogan, el último Echo Boy de Cork. Foto Paola Medellín - Hoy en Irlanda

A lo largo del siglo XX, especialmente en la primera mitad, estos niños se convirtieron en una figura icónica de Cork, cuando la venta callejera de periódicos era una escena común. De este grupo, solo queda David Hogan, quien ha ejercido este oficio por más de 47 años.

No es difícil encontrar ni reconocer a David. En mi primera visita a Cork, mientras caminaba por las calles del centro, escuché el característico grito: “¡Echooo, Echo!”. Curiosa, busqué su origen y lo encontré sentado frente a la Oficina General de Correos (GPO, por sus siglas en inglés). Me acerqué para saludarlo. “How are you?”, le dije. “Not too bad”, respondió al estilo irlandés.

Le compré un periódico por dos euros y, muy amablemente, me invitó a tomarme una foto a su lado. Mientras posábamos, David lanzó su conocido grito:

“¡Echooo, Echo!”

Sentía mucha curiosidad por saber más. Tenía una referencia cercana a este oficio gracias al escritor Frank McCourt, quien en su libro Las cenizas de Ángela narró cómo, gracias a su trabajo como repartidor de periódicos y revistas, logró ahorrar lo suficiente para irse a Estados Unidos.

Investigando más, descubrí que los Echo Boys a menudo provenían de familias de bajos recursos, y la venta de periódicos les ayudaba a ganar algo de dinero. Sin embargo, con el tiempo, esta figura fue desapareciendo debido a los cambios en la distribución de prensa y el auge de los medios digitales.

El sonido del Echo Boy se ha ido apagando gradualmente. Hoy, solo David levanta su voz y, desde su silla —que también le sirve de caminador—, honra orgullosamente este importante oficio que fue una tradición, una especie de herencia, y que hace parte de la historia viva de la ciudad. 

Anterior
Anterior

‘El desperdicio de la luz del día’, ¿desde cuándo Irlanda cambia la hora dos veces al año?

Siguiente
Siguiente

La fascinante historia del DART, el tren suburbano que ha transformado la vida en Dublín