‘El desperdicio de la luz del día’, ¿desde cuándo Irlanda cambia la hora dos veces al año?
La idea del horario de verano británico (BST, por sus siglas en inglés) fue propuesta por primera vez en el Reino Unido en 1907 por el constructor William Willett, quien argumentó que ajustar el horario en primavera y otoño ayudaría a tener más luz de día para el ocio, mejoraría la salud y reduciría el consumo de energía eléctrica.
“Todos aprecian las largas tardes iluminadas. Todos lamentan su acortamiento a medida que se acerca el otoño, y casi todos han expresado su pesar de que la luz clara y brillante de las primeras horas de la mañana, durante los meses de primavera y verano, rara vez se ve o se aprovecha”, así inicia el documento “The Waste of Daylight” de Willett.
Su propuesta inicial fue “que a las 2 de la mañana del tercer domingo de abril, la hora estándar se adelante 60 minutos; y el tercer domingo de septiembre, se retroceda 60 minutos. Así tendríamos un domingo de abril de 23 horas de duración y un domingo de septiembre de 25 horas”.
Con su propio dinero, Willett imprimió un panfleto en el que exponía su idea y plasmaba sus argumentos. “60 minutos al día suman en una semana siete horas, lo cual supera el tiempo promedio que puede aprovecharse en ejercicio al aire libre durante cualquier medio día libre”, afirmó.
A pesar de recibir apoyo del diputado Robert Pearce, quien defendió la idea en la Cámara de los Comunes, el cambio de horario no fue aprobado.
Sin embargo, la necesidad de ahorrar carbón en la Primera Guerra Mundial años después hizo que Alemania el 30 de abril de 1916 adelantara el reloj para tener una hora más de luz en la mañana y la idea se expandió rápidamente en otros países del mundo.
El 17 de mayo de 1916 la Ley de Horario de Verano fue introducida en Reino Unido e Irlanda. Los relojes finalmente se adelantaron una hora respecto a la hora media de Greenwich (GMT) el domingo siguiente (21 de mayo) y retrocedieron nuevamente el último domingo de octubre.
El Lord Wimborne de Irlanda señaló que este horario modificado se observaría para todos los propósitos ordinarios durante el verano, incluyendo establecimientos con licencia, fábricas, talleres y otros lugares donde los horarios estaban regulados por ley.
William Willett no vivió para ver implementada su estrategia; murió en 1915 a los 58 años de edad. Aunque se ha intentado modificar esta ley y el debate entre defensores y detractores permanece, tanto el Reino Unido como Irlanda conservan estos cambios de horario.
“Cada hora empleada de este modo contribuye a la salud y fortaleza del cuerpo y de la mente (...) la adición diaria de una hora después de las 6 de la tarde multiplicaría varias veces la utilidad de lo que ya tenemos, y los beneficios que ofrecen los parques y espacios abiertos se duplicarían”, pensaba Willett.